LA
BOMBA ATÓMICA
Por más desprecio y desaprobación que
tengamos hacia la guerra y cualquier tipo de acto bélico, el hecho
de que la bomba atómica es uno de los dispositivos más brillantes y
devastadores concebidos por el ser humano, y que por ende es
verdaderamente interesante, es algo innegable. Ojalá nunca se
hubiese mal empleado el trabajo de tan grandes científicos, ojalá
nunca se hubiesen utilizado estas bombas y ojalá nunca volvamos a
caer en la estupidez de utilizarlas, pero no podemos ser tan
hipócritas como para negar el extraordinario esfuerzo científico y
tecnológico detrás de este complejo dispositivo.
Una bomba atómica es un dispositivo
que obtiene una gran cantidad de energía explosiva con reacciones
nucleares.
Su funcionamiento se basa en provocar una reacción nuclear en cadena descontrolada. Esta fue creada por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial debido al Proyecto Manhattan, y es el único país que la ha usado en batalla.
Su funcionamiento se basa en provocar una reacción nuclear en cadena descontrolada. Esta fue creada por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial debido al Proyecto Manhattan, y es el único país que la ha usado en batalla.
El funcionamiento de la bomba atómica
fue ideado en forma teórica mucho antes de que pudiera convertirse
en algo real y desde entonces, el desarrollo y perfeccionamiento de
la misma ha dado lugar a diferentes variedades, cada vez más
poderosas y destructivas. Sin embargo, el poder de estas armas fue
empleado con objetivos militares únicamente en dos tristes
ocasiones, durante la Segunda Guerra Mundial, en las ciudades
japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
El principio básico común al
funcionamiento de todas las bombas atómicas es generar una reacción
nuclear en cadena descontrolada, la cual libera una inmensa cantidad
de energía y cuyo potencial destructivo es insuperado en términos
de devastación y secuelas posteriores. Albert Einstein previó el
poder de estas armas con su ecuación e=mc2, mostrando que al
convertirse en energía, una masa libera un poder igual a su propia
masa por la velocidad de la luz al cuadrado.
La guerra química durante la Segunda Guerra Mundial
Aunque el uso de armas químicas no se propagó durante la Segunda Guerra Mundial, sí existen casos documentados en los cuales las potencias del Eje utilizaron agentes químicos.
Japón usó gas mostaza y otro agente vesicante llamado lewisita en algunas batallas que luchó contra China. El uso de armas químicas fue autorizada contra los chinos. Por ejemplo, durante la invasión de Wuhan, de agosto a octubre de 1938, el emperador autorizó el uso de gas tóxico en 375 ocasiones distintas, a pesar de la resolución adoptada por la Sociedad de Naciones el 14 de mayo condenando el uso de gas tóxico por el ejército japonés.
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Aviones militares estadounidenses lanzando Agente Naranja en Vietnam. |